La deuda es una realidad implícita en el ecosistema empresarial que, en muchos casos, puede derivar en consecuencias desastrosas para las compañías. Si las estimaciones mensuales de ingreso no se cumplen según lo previsto, debido entre otros motivos a los impagos, las organizaciones se encuentran con verdaderas dificultades para cumplir con sus pagos. Algo más habitual de lo esperado.
Además, la gestión del cobro de la deuda consume grandes recursos dentro de la empresa: perseguir a los clientes para que paguen genera costes e impide a los equipos dedicarse a tareas de valor. En este sentido, una operación no está cerrada hasta que se cobra.
Con independencia de su tamaño o de su sector, ninguna compañía está exenta del riesgo de impago por parte de sus clientes. También hay que tener en cuenta que cuanto mayor sea la relación comercial con el cliente, existirán mayores posibilidades de impago.
Enemigos de una gestión del cobro eficaz
- Seguimiento incorrecto de la deuda: Este un proceso clave, pero entraña muchas dificultades. Carecer de datos centralizados de la compañía impide llevarlo a cabo.
- Tratamiento uniforme de cliente con perfiles diferentes: En muchas ocasiones no se ofrece una respuesta personalizada a cada uno de los clientes en función de su relación con la empresa, lo que retrasa el cobro.
- Falta de coordinación del equipo: Carecer de un sistema integrado desde donde se pueda acceder al estado actualizado de cada proceso deriva en una gestión de las negociaciones con el cliente lenta e ineficaz que lastra la productividad de los profesionales.
Aliados para agilizar la recuperación de deuda
Automatizar los procesos mediante una estructura diferenciada por perfiles ayuda a mejorar la tesorería al facilitar a las compañías la gestión de todas las tareas relacionadas con el cobro de la deuda. No solo permite optimizar los procesos, sino también coordinar a los empleados para equilibrar las cargas de trabajo y mejorar la productividad del equipo.
Para agilizar el cobro de deuda es necesario, en primer lugar, centralizar toda la información disponible sobre las compañías, los contactos y las actividades. En muchas ocasiones los datos están dispersos en diferentes bases de datos o, incluso, en libros de cuentas en papel.
En segundo lugar, el sistema de gestión de la deuda debe permitir establecer avisos y alertas para llevar a cabo un seguimiento proactivo de los expedientes de deuda, desde el historial a las negociaciones o las no conformidades.
Indispensables para la gestión de cobros
Disponer de una herramienta ágil y flexible de gestión de cobros es un factor indispensable para optimizar los procesos de recuperación de la deuda. Estas plataformas deben disponer de unas funciones indispensables para llevar a cabo la tarea de manera eficaz:
- Perfiles de usuario: Disponer de un rol de agente y otro de supervisor ofrece a este último una visibilidad total de la productividad para reasignar y ajustar tareas según la carga de trabajo.
- Perfiles de cliente: Permite establecer unas pautas de
- Integración de datos: unificar la información procedente de fuentes dispersas en un único entorno permite acceder a todos los datos de forma rápida y ágil sin salir de la plataforma.
- Personalización: Se adapta al funcionamiento de cada empresa y permite crear acciones con múltiples condicionantes distintos, como la temporalidad.
- Automatización de procesos: configuración de alertas automatizados que avisen al usuario cuando se ha cumplido el plazo de un pago o cuando hay que iniciar el siguiente procedimiento.
El eficaz seguimiento de las facturas, de su fecha de vencimiento y de su posterior reclamación en caso de impago es clave para garantizar la salud financiera de todas las empresas. Si buscas más información sobre los recursos disponibles, accede al webinar completo Automatizar el cobro: cómo evitar que la deuda ponga en riesgo tu negocio.