Hablar de fabricación ya no es sinónimo de hablar únicamente de la realización física de productos, sino que y como consecuencia de los cambios en la demanda del consumidor, la naturaleza de los productos o la economía de la cadena de valor, ha derivado en una cambio en la manera en la que las empresas hacen negocios.
Los clientes demandan personalización y se han ido añadiendo más dispositivos conectados. Mientras tanto, la línea que separa los fabricantes de productos de los vendedores de productos es cada vez más permeable. En conjunto, todos estos cambios han hecho más difícil el crear valor de forma tradicional. Los productos se han convertido en medios para acceder a la información y las experiencias Los cambios de los que hablamos han dado lugar a tendencias y factores que influyen en cada uno de estos y a los que el sector de la fabricación ha de prestar atención:
- En relación a la demanda del consumidor, este ha ido adquiriendo más poder y entre sus prioridades está la personalización de los productos que demanda para que se adapte a sus principales necesidades individuales. La personalización ha sido posible gracias a la presencia de las tecnologías digitales. De esta manera, el mercado del consumidor se está fragmentando en numerosos nichos, cada uno de los cuales representa una oportunidad para aquellos fabricantes que sean capaces de ofrecer los “productos deseados” y crear y capturar el valor a través de economías de alcance en vez de economías de escala. Además de la personalización, cada vez más los consumidores son propensos a participar en la creación o al menos conceptualización de los productos que compran. Esto va a representar un cambio de ser meros destinatarios a participantes activos, desdibujándose la línea entre consumidor y fabricante.Un ejemplo de esta tendencia, es el auge en popularidad del DIY.
- Cambios en la naturaleza del producto. Los productos son cada vez más inteligentes y están más conectados como consecuencia de los avances tecnológicos. Al mismo tiempo, cómo ven y utilizan los consumidores los productos está cambiando por lo que se están redefiniendo los factores que determinan el valor de los productos. Por ejemplo, la ropa se ha convertido en wearables o los coches en coches inteligentes.Es por ello que bajo el paraguas del concepto Internet de las Cosas cada vez se agruparán más objetos inteligentes, algo que está en las predicciones de la consultora Gartner, concretamente el IOT incluirá para 2020 cerca de 26 mil millones de dispositivos. La evolución de estos productos se presenta para los fabricantes como un reto en diferentes niveles que les lleva a considerar sus modelos de negocio, a la vista de los factores que juegan un papel importante en la generación de valor de productos inteligentes: software integrado, plataformas de software, apps y análisis y compilación de datos.
- Cambios en la economía de la producción. Hasta hace relativamente poco, los players en este sector eran pocos, las barreras de entrada eran altas y las inversiones iniciales de capital, considerables. Además los productos se movían entre múltiples intermediarios hasta llegar al consumidor. Hoy, sin embargo, los cambios en tecnologías han acabado con estas barreras que impedían el flujo de información, de recursos y productos. La conectividad está más presente que nunca y la información fluye libremente.
- Los cambios en la economía de la cadena de valor. Las tecnologías digitales están estrechando la distancia entre fabricante y el retailer. La importancia de esto radica en que no sólo va a ser significativo para las empresas que están en plena transformación, sino también para los intermediarios que llevan a cabo el inventario a lo largo del camino. Mientras algunas empresas están integradas verticalmente a través de la cadena de valor, la mayoría de los fabricantes tradicionales están “alejados” de los consumidores finales. Como comentábamos anteriormente, en un mundo donde la información viaja cada vez más libremente, los players tradicionales han de comunicarse con los consumidores para que exista una retroalimentación y puedan actuar a tiempo. De esta manera, solo sobrevivirán aquellos fabricantes que creen más valor a los consumidores, por ejemplo, proporcionándoles información útil.
El mundo de la fabricación está cambiando de manera exponencial. No sólo se está haciendo más difícil crear valor sino también capturarlo. El valor está no solo en la fabricación de los productos, también en la información y experiencias que estos ofrecen. Un ejemplo, más importante que el objeto o dispositivo en sí es la experiencia que este facilita.